Deje de escribir más de un mes con la leve (en realidad casi nada) esperanza de que México comenzará a cambiar de una forma más agradable; sin embargo eso no sucedió. En realidad sí sucedió, está cada vez más difícil la situación.
Habían anunciado que para el próximo año subirían los cigarros (el precio) y resulta que ya están ocho pesos más caros, hasta un paliativo es casi imposible adquirir. Ayer fui al mercado sobreruedas y salí huyendo cual cucaracha con luz, lo más impactante fue el precio de los ajos: 20 pesos el cuarto, en otras palabras 20 pesos tres estúpidas cabezas de ajo sin contar que los romeritos (antes de 15) ahora de 50 pesos el kilo. ¿Qué vamos a cenar? o mejor aún ¿qué van a cenar las familias más numerosas y de escasos recursos? Romeritos no creo.
La buena noticia que el Jefe Diego apareció por fin (¿!). La verdad es buena para sus familiares y el teacher porque para el resto pues no tanto. De verdad, que cómo es posible que el kilo de cebolla y jitomate estén a 20 pesos también; cómo carambas vamos a preparar los ricos huevos a la mexicana si sus ingredientes andan por las nubes.
Y yo en la baba sin escribir esperando un cambio, pequeño pero cambio positivo al fin y nada de nada. Ya ni hablar de los regalos de intercambio, santa clos y los reyes magos.
La que sí es una buena noticia que ya está por acabar un año más de Calderon y su sequito, ya falta menos para que nos atoren con más enjundía si no nos ponemos vivos. Pero qué tal el concierto de Roger Waters, eso sí fue lindo, relindo y más cuando se aventó la excelente rola de "Mother" acústica, eso sí fue para festejar; no pude controlar mis lágrimas.
"Mother, should I build the wall?
Mother, should I run for President?
Mother, should I trust the government? "
Y en ese momento se escribe sobre la pared: Ni madres wey.
Si él lo dijo, por algo será.