Cierto cuenta cuentos

viernes, 8 de octubre de 2010

La tortuga muda


Estaba tratando de checar las noticias del día (digo tratando porque en una notebook es como muy complicado) y entre tanto Vargas-premio Nobel, Calderón-AMLO, el procu-Godoy, secuestros-asesinatos, Fox-Borges, Bono, U2-México, NLy empresarios-basta ya y demás, me dije a mí misma: “Mí misma, cómo ves, qué sería de nosotros sin tanta ‘diversión’”, a lo que me respondió “Y hora, a poco te quedaste sin dedos”.
Y pues sí, no sé qué escribir. En verdad admiro a los columnistas. Es mega complicado día con día ver las mismas fregaderas para escribir de ellas de manera distinta. Es como freír el mismo huevo diario sin que se queme o que pierda su frescura, aparente claro está. Se dan un respiro de vez en cuando echando pestes a otro colega pero la inercia los regresa a donde estaban.
¡Qué espanto! Que chocoso, porque lo peor de todo es que cuando alguien se anima a escribir algo fuera de lo común se lee justamente así, fuera de órbita. No salgo de mi asombro respecto a la manera que tienen los medios para jalar y absorber a los lectores a una vorágine descomunal que te ciega a otras latitudes. El colmo es que ni siquiera el entretenimiento o las noticias del espectáculo te lo permiten.
Cuando me anime a tener un blog, que por supuesto nadie lee, lo hice con la idea original (entiéndase original por inicial) de subir mis vómitos mentales (que he cumplido) y de vez en vez dar mi humilde opinión sobre algunos temas de interés personal. No tengo mucho tiempo en este asunto complicadísimo, pero estos últimos días me he agotado.
Tengo dos tortugas (chiqui y crush, muy original ¿no?) y creo que me han dado más diversidad de lo que han logrado los distintos diarios de la vida nacional. Patético, en verdad muy patético y a diferencia del resto de las personas no voy a echarle la culpa a ellos, sino a mí misma por carecer de ciertas facultades periodísticas, entre otras muy obvias. Quizá sería buena idea cambiar el concepto de mi espacio y tratar de dar mis impresiones tortuguescas.
Hoy, hoy, hoy no quisieron comer las tortugas y las he notado como alteradas y asustadizas. ¿Acaso la gata Sara las anda acosando? Tal vez ya se enteraron de la tremenda contaminación en aguas de Hungría, que Mexicana de Aviación ya bailó con la más fea, que Emilio Gamboa Patrón no consideró jamás a AMLO un peligro para México (se imaginan a un solo hombre destruyendo un país, entonces qué podrían hacer varios) o que yo ando con la capa caída por la mendiga gripa que me cargo, peor aún ya se enteraron de mis incapacidades para tener un diario. Siendo honesta nunca he sido muy buena para eso de la escritura diaria con metodología y tenacidad. ¡Maldita sea!, es esto lo que las tiene en huelga de hambre.

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