Cierto cuenta cuentos

jueves, 7 de octubre de 2010

Romance


A mi romántico parecer siempre sospeche que los días pasan como lo harían en un hermoso cuento. Un cuento corto de aproximadamente 12 o 15 horas, terminado ese tiempo se iba poniendo la hoja en blanco para seguir escribiendo otra cosa. Los temas se podían repetir pero con otros finales, sin llegar al déja-vu.
Sin embargo, tengo varios días varada en él sin conseguir salir por más intentos que haga. Ayer me topé con la noticia de que la Secretaría de Educación Pública tuvo el detalle coqueto de colgar en su pared un reconocimiento a la principal casa de estudios de Latinoamérica: el escudo de la UNAM.
Está bien. Pero ¿EN ORO? De verdad era necesario tanto despilfarro. Digo las cosas no están para eso, ¿o soy sólo yo la jodida? Primero el secretario gastó ene cantidad de millones en un festejo que no estábamos para festejar dadas las inclemencias (por cierto actuales) en varios estados de la república, así como los múltiples problemas políticos, económicos y sociales.
De pronto ¡pum!, hay dinero para un escudo en ORO de la UNAM. ¡¿Qué, qué?! Mientras Veracruz y los demás estados siguen en alerta roja sin contar unos de los mayores problemas sociales en México: la educación, alias los “Ninis”.
No hay cupo en escuelas, no hay trabajo, no hay nada que estos jóvenes puedan hacer más que dedicarse a vagar y tal vez, porque no, intentar adentrarse a las filas de los narcos. Pero ya podemos ver un hermoso escudo en ORO de la UNAM en la Secretaría de Educación Pública, la dependencia gubernamental dedicada a dar resolución (entre otras actividades como organizar festejos y escudos dorados) a los problemas educativos en México.
¿Cuánto habrá costado el dichoso escudo? Supongo que una baba de perico que para nada mermaría el presupuesto que debe destinarse a la capacitación e instrucción de mejores maestros, a la edificación de más aulas para darle cabida a tanto chamaco suelto, a la creación de programas viables y lógicos que fomenten la lectura y redacción, la instrucción de los capacitadores de los maestros (quienes supongo también están en el hoyo) y a la mejora y actualización de los famosos libros de texto de la SEP, entre otras prioridades.
Me imagino que al mirar ese escudo dorado y brillante se preguntaran los visitantes: “De verdad, no entiendo por qué México está en los últimos lugares educativos si aquí todo es tan bonito y fulgurante, ¿por qué será?”.
Como yo estaba hablando de romances se me viene a la memoria una gran película (por el costo que representó, nada más) “Titanic”, donde la gente moría ahogada, congelada, pisoteada y un amor apasionado llegaba a su fin mientras la orquesta pretendía tocar y deleitar a la gente con su música sin parar. Perverso, ¿no?

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